¿Cómo es tu relación con tus pies?
- Nelka
- 7 nov 2019
- 2 Min. de lectura
Los pies y la tierra
Los pies nos sostienen, nos ayudan a avanzar, nos dan anclaje a la tierra. En muchos casos pueden simbolizar la vía de salida de cualquier energía de cansancio, temor o estrés; con los pies sobre el suelo se crea un contacto con la Madre Tierra y se recibe un alimento energético, que permitirá transformar esos miedos en una sensación de paz y vitalidad.
Físicamente los pies sostienen todo el cuerpo, pero si además vivimos una relación consciente con ellos podremos sentir el centro energético que se encuentra en los pies y que nos conecta con la tierra, un lazo que genera confianza y estabilidad en nuestro camino personal hacia aquello que anhelamos.

El simbolismo de los pies y el camino
Con nuestros pies avanzamos a través de diferentes rutas o caminos elegidos. El hecho de fluir ante lo desconocido y evitar resistencias también ayudará a evitar dolores físicos en los pies, gran parte de los cuales representan eso, temores que tenemos ante el camino, sobreexigencias, falta de confianza, dudas sobre si vamos muy rápido o muy lento, o sobre si estamos forzando algo. Sería recomendable avanzar con confianza interior y ver que cada experiencia es una oportunidad para descubrir personas y situaciones que nos dan la oportunidad de experimentar emociones y vivencias sorprendentes; nos veremos creciendo, redescubriendo en nosotros dones y una sabiduría que había permanecido en silencio.

Se pueden enumerar muchos elementos que nos acompañan en el camino de vida, pero si en esta ocasión quiero hacer referencia a los pies es porque tienen un simbolismo importante como acompañantes en nuestro transitar por todas las etapas. Son el base y/o sostén y el vehículo para movernos por la vida.
Finalmente, convendría crear una relación con nuestros pies desde esa conciencia, incorporando a nuestra vida hábitos o actividades que de forma integral nos permitan alimentar esa relación, por ejemplo: masajes, reflexología, yoga, chi kung. Acordarse de cuidarlos, amarlos, conscientes que al transitar por la vida, nuestros pies nos llevan en la dirección que corresponde, a la velocidad precisa, mientras más lo sentimos así, más se manifestará en nuestra realidad

¡Gratitud infinita hacia nuestros pies!
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